La principal diferencia entre los termostatos programables y los termostatos no programables radica en su flexibilidad y grado de inteligencia.
Los termostatos programables permiten a los usuarios ajustar la configuración de temperatura de manera flexible en función de las necesidades y los cambios ambientales, y pueden presentar algoritmos inteligentes para optimizar el uso de energía, mejorar la comodidad y mejorar los efectos de ahorro de energía.
Por otro lado, los termostatos no programables suelen tener solo una configuración de temperatura fija, carecen de flexibilidad y funciones inteligentes, y no pueden realizar ajustes automáticos basados en cambios de tiempo o ambientales. Por lo tanto, los termostatos programables proporcionan una experiencia de confort personalizada al tiempo que ponen un mayor énfasis en la eficiencia energética y la conservación del medio ambiente.